Los Archivos Perdidos


jueves, 29 de diciembre de 2011

Poema Número 5 - Pablo Neruda

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

 


sábado, 17 de diciembre de 2011

Nuestra primera canción de amor

Mas que nada, quise publicar uno de mis capítulos favoritos del libro Diario Íntimo de un Guacarróquer de Armando Vega-Gil, con la esperanza de que les guste y se decidan a comprar su Libro.

Llegué a los catorce años con el himen de mis oídos intacto: ninguna música había logrado romper su dique tempranamente esclerótico. Mi cabeza hueca estaba aislada de ruidos y emociones, y yo, huérfano de mariposas en la panza, era incapaz de relacionar melodía alguna con los recuerdos que debí atesorar en mi memoria juvenil. Hasta entonces no había vivido, que ya lo dice el dicho: vivir no es lo mismo que durar.
Llegué a los catorce con mi pizarrín casto: ninguna mano había amasado sus carnes para hacerlo disparar otra cosa que no fuera pipí. Más aún, no recuerdo preerección alguna salvo aquella vez que, regresando de un día de campo lluvioso, me sentaron con todo y primas, muy apretaditos en el asiento trasero del carro. Si tan sólo hubiera una canción que me llevara de regreso al asiento pegosteoso del Volvo; pero el episodio aquel fue un puro silencio y hoy se me va de las entendederas.
Llegué a los catorce a vivir a una unidad habitacional perdida, lejos de todo, lejos de los amigos que en un par d años olvidaría para siempre; sin ganas de resignarme, huyendo de no sé qué miserias monumentales.
Cuatro departamentos arriba del mío vivía un chavo de mi edad que estudiaba piano y jugaba fut. Era Ramoncito, le daba a la Polonesa Heroica y era campeón de goleo. Güerito, todas las chavitas querían con él. Yo, en cambio, no sabía nada de música (jamás pude entrar al coro de la secun porque desafinaba como perro atropellado), era un torpe para patear el balón, estaba prieto y las chavas se burlaban de mí por cursi y autista. De entre las que más se encarnizaban contra mí estaba Hilda, la hermana de Ramón, y tanto más se burlaba ella de mi, más me enamoraba de sus mejillas siempre coloradas.

Para colmo de lo inalcanzable y la admiración, Ramón era un rebelde: su maestra de piano lo obligaba a estudiar a Chopin, y él ponía por sus tamaños piezas de los Beatles. ¿Beatles? Sí, y me enseñaba sus libros con las partituras de Michelle y Strauberry Fields. Tenía un libro de pastas blancas para los primeros álbumes (A hard day’s night; Meet the Beatles, Help!), y uno negro con el material más ácido (Magical Mystery Tour, el Álbum blanco, Abbey Road). Mis tímpanos comenzaron a crecer y el pizarrín me punzaba cada que, de reojo, miraba los calzones con holanes de Hilda. Un día Ramón me mostró su joya más querida: el disco de La Banda de Corazones Rotos el sargento Pimienta. El plato de vinilo no tenía surcos para separar una rola de otra y al final de Un día en la vida, se escuchaba un pianazo que duraba una eternidad. Ramón le subió al tocadiscos y el edificio se cimbró. Hilda, que pensaba que su hermano estaba sólo, salió furiosa de su cuarto, en chones, para reclamarle que le bajara. Al verme, lanzó un grito de asco y huyó avergonzada. Muerto de risa Ramón accedió a prestarme el Sgt. Pepper’s. Yo entré a su baño fingiendo hacerme chis, y, con el corazón latiéndome mortal en la garganta, esculqué la canasta de ropa sucia. Encontré lo que buscaba: un calzón con holanes… Olía a ropa amontonada, tenía una mancha amarillenta en el refuerzo y era terso como la piel de Hilda.
Bajé de prisa a mi casa: puse a todo volumen el disco amado, y llevado por la mano de Dios, me desnudé y comencé a acariciarme con aquellos calzones sucios. Cuando llegó She’s leaving home, un terror místico se concentró en el centro de mi pajarillo y brotó el jugo amargo de todas mis frustraciones, d todos mis deseos. ¡Hilda!, grité, y Paul McCartney gimió conmigo bye, bye.
Escondí los calzones bajo mi colchón y, al otro día, por la tarde, vi salir a Hilda del brazo de un chico rubio que la pasearía en su carro para hacerse, en un par de minutos, novio de mi amada. Lloré, fui por sus blúmers bajo mi colchón y éstos eran una inmundicia acartonada; quise oír She’s leavig y, con grade torpeza, rayé el disco de mi amigo.
Llegué a los catorce años y Ramón me dejó de hablar hasta que no le pagué con mis domingos su LP; Hilda se ensañó conmigo cada vez más y, al año siguiente, embarazada, tuvo que casarse por la fuerza. Y yo por fin guardé en mi cabeza una historia de amor pisoteado junto a una canción que jamás olvidaría. Ella se va de casa, adiós, adiós.

sábado, 8 de octubre de 2011

Strawberry Fields Forever...


Living is easy with 
eyes closed,
 misundesanding 
All you see...

Strawberry Fields, es una canción escrita por John Lennon en septiembre de 1966 mientras filmaba  la película How I Wont the War, fue lanzada el 13 de Febrero de1967 y Grabada Los días 24, 28 y 29 de Noviembre; 8, 9, 15, 21 y 22 de Diciembre. Se mantuvo en listas durante 9 semanas y llegó al número 8.


Los Beatles querían escribir acerca de Liverpool, y Lennon hizo una lista sin sentido de lugares de su infancia, Pero tuvo una visión de "Strawberry Field" un orfanato que estaba cerca de la casa de Mimi donde vivía John.  "Porque Strawberry Fields es cualquier lugar donde quieras ir" decía Lennon.

Lennon y sus amigos de la infancia Pete Shotton, Nigel Whalley, e Ivan Vaughan solían jugar en el jardín arbolado que se encontraba detrás de la casa. Lennon recuerda que solían brincarse la barda del lugar. Una de las aventuras de la infancia de Lennon era sobre una fiesta de jardín celebrada cada verano en Calderstones Park (localizado a un costado de la casa del Ejército de Salvación) cada año, donde una banda del Ejército tocaba. La tía de Lennon Mimi Smith recordó: "Tan pronto como podíamos oír a la banda del Ejército de Salvación comenzar a tocar, John saltaba arriba y abajo gritando, "Mimi, vamos, llegaremos tarde" ".
Cuando John Volvió a Inglaterra y tocó la canción para la Banda, se produjo un profundo silencio y Paul, de manera respetuosa dijo: "Es absolutamente maravillosa"


viernes, 7 de octubre de 2011

¿ERIC CLAPTON VS GEORGE HARRISON?

The Beatles no se tomaban encerio las composiciones de George Harrison, por lo que para poder grabar WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS George tuvo que traer a Eric Clapton, Con el invitado en el estudio los Beatles fueron al Grano, por lo que George dijo "Es interesante ver lo bien que se comporta la gente cuando traes un invitado, porque en realidad no quieren que sepan que son tan Perros". 
 
No solo esto, pues cuando The Beatles empezaba a llegar a su Fin y George se separó temporalmente del grupo Lennon dijo: "Si en una semana no regresa, traemos a Clapton" Por suerte George regresó, y Clapton no fue su sustituto en The Beatles, pero cuando Patty Boyd (A quien por cierto le escribieron SOMETHING) tuvo problemas en su matrimonio con George, ella pidió ayuda a Clapton, pasó el tiempo con el y se enamoraron (Clapton le escribió LAYLA), por lo que Patty dejó a Harrison y se casó con Clapton.
Y aunque no lo crean, Harrison escrició Here comes The Sun en el jardín de Clapton, una de las canciones mas alegres y hermosas del Abbey Road, La escribió mientras "Anduvo de pinta" pues en esos tiempos (1969) apple Records se estaba desintegrando en una interminable riña por dinero, "Apple se estaba convirtiendo en una ida a la escuela, donde teniamos que ir y ser hombres de negocios: 'Firme aquí' y 'Firme allá', recuerda Harrison, Y un día decidió escabullirse de Apple, y fue a casa de Eric y escribió Esta hermosa canción.